Cuando la medicina no cura…
y el cuerpo sana desde el alma
Después de un infarto de miocardio, estando hospitalizado me recomendaron cirugía a corazón abierto y cinco medicamentos, pero no quise operarme ni seguir con tantos fármacos. Dos años después, el cardiólogo me dijo: “Si no conociera tu historial, diría que tienes el corazón de un hombre sano de 50 años”... y yo tengo 71.
Solo hice una terapia del Método MAP con Mariola y mi salud mejoró casi de inmediato: pude caminar por la montaña, nadar y subir escaleras sin problemas. Como dijo el cardiólogo, si no lo hubiera vivido, no lo creería posible. ¡Gracias, Mariola!
Mi segundo problema fue diagnosticado médicamente como artritis en el pulgar izquierdo, algo que soporté durante 10 años. Para mí fue un gran problema, ya que toco la guitarra y esto afectaba mucho esa actividad, además de ser muy doloroso. Tuve dos tratamientos alopáticos que no tuvieron ningún efecto. Con solo una terapia del Método MAP de Mariola, mi pulgar comenzó a moverse libremente… simplemente asombroso. ¡Incluso la articulación ya no está inflamada!
Una vez más, gracias, Mariola.
Dave Johann 71 años, Canadá
Durante casi ocho años intenté sin éxito resolver un conflicto que me marcó profundamente. No fue hasta que hice la terapia con Mariola que finalmente pude comprenderlo y trascenderlo. Su acompañamiento me permitió llegar a una profundidad que nunca antes había alcanzado. Una terapia verdaderamente transformadora y sanadora.
Toño 36 años, México
Quiero empezar diciendo que elegir una terapia fuera de lo que se considera medicina tradicional ya es, en sí, dar un paso valiente hacia lo poco habitual. En mi caso, la primera vez que una terapia transformó por completo mi estilo de vida fue debido a un problema con el que nací: el estreñimiento crónico.
Pasé toda mi infancia y parte de la adolescencia tomando pastillas para poder ir al baño. Durante años, mi cuerpo no respondía ni siquiera con tratamientos, y el problema fue empeorando. Lo que parecía algo “normalizado” en mi día a día era, en realidad, una condición grave: el estreñimiento crónico llega a intoxicar la sangre y afectar a muchas funciones vitales del organismo.
Todo cambió cuando, a los trece años, llegué a una terapia con Mariola. En esa sesión descubrimos que el origen no estaba en mi cuerpo, sino en algo más profundo. Al tomar conciencia del origen emocional del síntoma y liberarlo en la sesión, mi cuerpo reaccionó de forma inmediata. Mi digestión cambió por completo y, desde entonces, han pasado más de diez años sin que haya vuelto a tener ningún problema.
Gracias a esa terapia con Mariola, no solo sané un síntoma físico, sino que entendí el poder que tiene el cuerpo para curarse cuando se escucha desde el alma.
La segunda vez que la terapia con Mariola tuvo un impacto radical en mi vida fue el año pasado, cuando, después de tres convulsiones esporádicas, fui diagnosticada con epilepsia.
Visité tres neurólogos diferentes. Me hicieron pruebas neurológicas de todo tipo. Y como suele ocurrir, la única solución que me ofrecieron fue medicación de por vida, con el único objetivo de prevenir otra crisis. Nadie hablaba de sanar, solo de controlar el síntoma.
En ese momento decidí buscar alternativas. Necesitaba algo que fuera al núcleo real del problema, no solo a silenciarlo. Y así volví a Mariola.
Gracias a su acompañamiento descubrimos que la raíz de las convulsiones no era física ni emocional, sino algo mucho más profundo: un contrato de vida que hice antes de encarnar. Un acuerdo del alma que, aunque tenía un propósito elevado, ya no era necesario para la etapa que estoy viviendo ahora. Poder reconocerlo, comprenderlo y soltarlo en conciencia fue lo que verdaderamente transformó mi realidad.
Sanar desde ahí es un camino que exige coraje, sinceridad y un tipo de humildad que no se aprende en la escuela. La ciencia es maravillosa, sí, pero solo alcanza una parte. Debajo de lo que se ve hay un universo entero que también necesita ser atendido. No somos solo cuerpo ni solo mente. Somos alma, memoria, energía, historia, propósito.
Hoy, casi un año después de mi última convulsión, siento en cada célula la certeza de que no volverá a repetirse. No es algo que pueda explicar con datos, pero el resultado es incuestionable.
No todo el mundo está preparado para mirar lo que no entiende. Y por eso, no todo el mundo está preparado para sanarse. Pero quien esté dispuesto a salir de su zona de confort, a expandir su mente, su cuerpo y su alma, entonces sí: está preparado para Mariola. Está preparado para MAP.
Carlota, 23 años, España
He resuelto muchos porqués con las terapias de Mariola, con la gran suerte de haber sido de diferentes formas y en distintos tiempos. Su forma de explicar, canalizar y su profesionalidad no solo me han ayudado a curar mis síntomas sino que me han dado una visión mucho más extensa, empática y sana para afrontar todo lo que me ha ido pasando.
Agradezco haberme encontrado con ella todos los días, porque gracias a sus métodos me considero mejor persona conmigo misma.
Alejandra, tengo 28 años, España.
En Noviembre del 2024 se presentó en mi vida la oportunidad de trabajar a profundidad mi vivencia con el abuso sexual en la infancia, ya que había trabajado el tema en otros momentos y aún así sentía que dentro de mí existía un bloqueo con mi energía sexual a raíz de ese suceso. Entonces, mi camino se sincronizó con el de Mariola y ella accedió a trabajar conmigo y abrir juntas esa puerta con mucho amor.
Todo el proceso fue muy respetuoso y amoroso, me ayudó mucho a mirar desde otra perspectiva la situación y desde ese nuevo lugar sanar. En el camino se abrieron otras puertas de cosas importantes a trabajar y me entregó herramientas valiosas para poder llevar mi vida de una forma más consciente en la cotidianidad y conectarme con mi verdadera esencia. El proceso sigue y me siento muy acompañada por ella en cada colibrí que se presenta en mi camino.
Alex Casillas Vázquez 24 años, México.
....He escuchado a los médicos decir que no me voy a recuperar, que mis riñones y mi hígado no mejoran. Pero yo en el fondo sé… que mi alma, esa sí la he sanado....
...La gente está muy sola, esconden sus corazones. Y tú tienes el don de tocarlos y encenderlos...
...Preferido irme ahora, que sé que estoy sanado, que no curarme el cuerpo y arriesgarme a enfermar el alma cometiendo otra vez los mismos errores...
Mario fue diagnosticado y tratado por brucelosis crónica, transmitida por agua contaminada de heces de ganado bobino, pero no se controló a tiempo la respuesta de su hígado y riñones. Un fallo respiratorio fue el que finalmente colapsó su cuerpo.
Mario Martínez, RIP 36 años, México