Os presento a mi madre y mi abuela,
Madrid, 1948
EPIGENÉTICA: la memoria celular en nuestro ADN
Nuestros padres un día fueron niños.
Y sus padres, y los padres de sus padres...
Aunque no les hayamos conocido. Aunque nadie nos hablara de ellos porque nadie se acuerda o, peor aún, no se quieren acordar, también fueron niños.
Niños, algunos felices y fuertes, otros llenos de miedo y sueños rotos.
Lo sepamos o no, queramos o no, nos sintamos orgullosos de ellos o no, influyen en nosotros.
No solo porque llevemos sus apellidos, sino porque llevamos su ADN en nuestra sangre.
La herencia se encuentra en nuestra Epigenética (memoria celular); en cómo vivieron, cómo sintieron, lo que aprendieron y lo que les quedó en el tintero. Se mezcla en la memoria celular con nuestras propias vivencias.
Algunos de nuestros patrones de repetición que nos alejan del éxito, que nos desempoderan, están en las vidas de esas otras generaciones.
Están en esas otras historias de fotografías en blanco y negro, la mayoría no contadas o no respetadas.
Sus logros y sus frustraciones.
“La pasión con la que un día nuestros ancestros estuvieron enamorados o la tristeza en la que se perdieron cuando fueron traicionados.
La fuerza que sacaron para tomar decisiones a pesar del miedo que sintieron.
O la parálisis que sufrieron y nunca se decidieron a seguir su corazón.
Su grandeza o su cobardía. Su éxito o su fracaso, lo hemos heredado.”
Mariola Arteseros
Algunos de aquellos niños que inventaban formas en las nubes y buscaban respuesta en las estrellas, se quedaron atrapados en el espacio tiempo queriendo contar su historia. Pidiendo a ese tataranieto, pidiéndote a ti, que les saques de su encierro. Que superes la prueba que no pudieron superar, por falta de sabiduría, de valor o por falta de amor.
Con respeto a unas vidas en otros tiempos, otras creencias, nos adentraremos a encontrar ese antepasado que te pide ayuda.
Reparando lo que entonces no se pudo, hoy te liberas tú y liberas al clan, para que hoy tú sí puedas. Para que eso que repetías ahora lo entiendas y ya no sea un obstáculo, ni para ti ni para tus generaciones venideras.
Para que aquellos niños, junto con el tuyo propio, encuentren paz y se sientan a salvo.
Al hacer tu lectura, veremos si lo que te está nublando tu camino, procede de alguno de tus antepasados.
No solo lo sanamos en ti, sanamos toda la línea sucesoria.
Tanto hacia arriba, tus ancestros, como hacia abajo, tus descendientes.
Algún miembro de tu familia incluso puede que no haya podido volver a la luz.
La culpa, la ira, la pena, la percepción de una vida desaprovechada.
Una muerte trágica, un suicidio o un familiar rechazado provoca que quede atrapado en planos intermedios.
Quedan vagando, en algunos casos sin saber siquiera qué les ha pasado.
Interfiriendo en nuestra evolución, en nuestra felicidad.
Incluso provocando enfermedades mentales que dicen ser incurables.
La Esquizofrenia, Bipolaridad, Psicosis, Paranoia, Ansiedad, Depresión y un largo etcétera de trastornos psíquicos y emocionales, cuya solución aparente es la constante medicación. Esto es, mantener al paciente anestesiado y fuera de su capacidad de reacción.
Al conectarme con este familiar tuyo, además de entender la razón de tu problema, será enviado a la luz.
En ocasiones cuentan toda su historia y será en sus emociones vividas en las que te veas reflejado.
Entenderás de dónde venían esos miedos recurrentes, esas reacciones y patrones que repetías sin una explicación racional.
Quizá no quieran decir nada, el hecho de ser vistos y hacernos cargo de ellos es suficiente para que se vayan tranquilos de vuelta a la Luz, y así puedan ellos también seguir su camino evolutivo.
El Psicoanálisis o la psiquiatría en estos casos no es de gran ayuda; ¿cómo recordar a un antepasado que vivió hace 3 generaciones del que nunca has oído hablar, por ejemplo, pero por el que se te está medicando para la Esquizofrenia?
No solo te sanas tú, sanas a todo tu clan.